martes, 15 de enero de 2013

ARTICULO MEDICO: ACIDOSIS TUBULAR RENAL


268 Acta Pediátrica de México Volumen 27, Núm. 5, septiembre-octubre, 2006
Acidosis tubular renal
Acta Pediatr Mex 2006;27(5):268-78
Artículo de revisión
Dr. Silvestre García de la Puente
La acidosis tubular renal es un síndrome
caracterizado por acidosis metabólica hiperclorémica
debida a disfunción tubular para
la regulación del equilibrio ácido base, con
función glomerular normal o relativamente menos
deteriorada que la función tubular. De acuerdo a esta
defi nición, se excluyen las acidosis metabólicas secundarias
a insufi ciencia renal aguda o crónica, aunque
Médico adscrito al Servicio de Nefrología del Instituto Nacional
de Pediatría
Profesor titular del curso de Bioestadística del programa de
Maestrías y Doctorados en Ciencias Médicas, Odontológicas
y de la Salud de la UNAM
Profesor adjunto del curso de especialización en Nefrología
Pediátrica de la UNAM
RESUMEN
La acidosis tubular es un síndrome clínico caracterizado por acidosis metabólica hiperclorémica producida por disfunción tubular para la
secreción de iones hidrógeno con una función glomerular normal o relativamente menos deteriorada que la función tubular. Se clasifi ca
en dos grandes grupos: Acidosis tubular proximal o tipo II y acidosis tubular distal o tipo I. En la acidosis tubular proximal existe disminución
en la reabsorción proximal de bicarbonato, que causa bicarbonaturia y disminución del bicarbonato sérico. En la acidosis tubular
distal disminuye la secreción de iones H+ y hay acidosis metabólica crónica. Existen dos variantes de la forma distal; una se acompaña de
pérdidas importantes de bicarbonato por la orina, (tipo III), la otra, de hiperkalemia (tipo IV). Ambas pueden ser primarias o secundarias a
distintas enfermedades. El signo más común es detención de crecimiento. El diagnóstico se basa en la presencia de acidosis metabólica
hiperclorémica persistente. El examen de orina, la creatinina y los electrólitos séricos y urinarios permiten diferenciar el tipo de acidosis
y los estudios de laboratorio y gabinete complementarios permiten diagnosticar una causa secundaria. El tratamiento sindromático es
con soluciones alcalinizantes como bicarbonato, citrato de sodio o de potasio, a dosis de 3 a 5 mEq/kg para las formas distales y 10 a 12
mEq/kg para las formas proximales. Este tratamiento se complementa con el etiológico cuando existe una causa secundaria susceptible
de ser tratada.
Palabras clave: Acidosis tubular renal, detención de crecimiento, acidosis metabólica, potasio, función tubular.
ABSTRACT
Renal tubular acidosis is a clinical syndrome characterized by hyperchloremic metabolic acidosis as a result of tubular insuffi ciency for renal
secretion of H + ions, in the presence of a normal or near normal glomerular function. There are two main types: Proximal tubular acidosis or
type II and distal tubular acidosis or type I. In proximal tubular acidosis there is a diminution in the proximal absorption of bicarbonate which
results in bicarbonate wasting and low serum bicarbonate. Distal renal tubular acidosis is characterized by a decreased distal secretion of
H + ions which results in metabolic acidosis. There are two variants of the distal type: one of them is associated with bicarbonate wasting
in the urine (type III) and the other with hyperkalemia (type IV). All types of renal tubular acidosis may be primary or secondary to various
diseases. The most common feature is growth arrest. Diagnosis is based on the presence of persistent hyperchloremic metabolic acidosis.
Measurement of urinalysis, creatinine, and serum and urine electrolytes permit the differentiation of the type of renal tubular acidosis,
while complementary studies indicate if a secondary condition is present. The treatment is with alkaline solutions of either bicarbonate or
citrate of sodium or potassium at 3 to 5 mEq/kg/day for distal acidosis and 10 to 12 mEq/kg/day for proximal acidosis. Treatment of any
other additional condition is required.
Key words: Renal tubular acidosis, growth retardation, metabolic acidosis, potassium, tubular function.
Correspondencia: Dr. Silvestre García de la Puente. Instituto
Nacional de Pediatría. Insurgentes Sur 3700-C. Col. Insurgentes
Cuicuilco. México 04530 D.F.
E-mail: garciadelapuente@hotmail.com
Recibido: abril, 2006. Aceptado: agosto, 2006.
La versión completa de este artículo también está disponible en
internet: www.revistasmedicas.com.mx
algunas causas de acidosis tubular renal (ATR), con el
tiempo pueden evolucionar a insufi ciencia renal.
REGULACION RENAL DEL EQUILIBRIO ACIDO BASE
Para comprender la fi siopatología de la ATR, se revisará
brevemente la participación renal en la regulación
del equilibrio ácido base. Los riñones realizan cuatro
Acta Pediátrica de México Volumen 27, Núm. 5, septiembre-octubre, 2006 269
funciones: a) reabsorción del bicarbonato fi ltrado;
b) eliminación del exceso de bicarbonato durante
alcalosis metabólica; c) eliminación de ácidos no volátiles
con regeneración del bicarbonato consumido;
d) eliminación de los aniones o cationes orgánicos
no metabolizables que se acumulan después de la
sobrecarga de ácidos o bases fi jos.
Reabsorción de bicarbonato. En un adulto, se fi ltran
aproximadamente 4300 mEq de bicarbonato (HCO3
-)
por día; el 85% se reabsorbe en el túbulo contorneado
proximal; 10 a 15% en la porción ascendente gruesa
del asa de Henle y una pequeña cantidad en el túbulo
colector. En condiciones normales, prácticamente
todo el bicarbonato es reabsorbido y no se excreta
en la orina. La fi gura 1 muestra el mecanismo de la
reabsorción del bicarbonato en el túbulo proximal.
El ion H+ es secretado a la luz por el intercambiador
Na+ x H + (NHE-3) y en menor proporción por la
bomba H+ ATPasa; el H se une al HCO3
- fi ltrado y
forma ácido carbónico (H2CO3) que se transforma
por la anhidrasa carbónica luminal (tipo IV) en agua
(H2O) y bióxido de carbono (CO2); éste se difunde
al interior de la célula donde es hidratado por la
anhidrasa carbónica citosólica (tipo II) para formar
H2CO3, que se disocia en un ion H+ y un ion HCO3
-;
el H+ es secretado y el HCO3
- sale de la célula por
medio de un cotransporte con sodio (NBC-1) o por
un intercambiador Cl- x HCO3
-.
La reabsorción de bicarbonato normalmente tiene
una capacidad máxima llamada Tm que determina
el umbral plasmático de bicarbonato y mantiene la
concentración plasmática de bicarbonato en límites
normales; cuando el HCO3
-
en el plasma aumenta,
es excretado para disminuir su concentración hasta
alcanzar la normalidad. Varios factores regulan la
reabsorción de bicarbonato, los principales son: la
acidosis metabólica o respiratoria, la angiotensina II,
la hipokalemia y el furosemide aumentan la reabsorción
mientras que el amiloride y la alcalinización del
espacio peritubular la disminuyen.
Eliminación de ácidos no volátiles y regeneración de
bicarbonato. Durante el metabolismo, se producen
ácidos de dos tipos: los volátiles que se eliminan por
los pulmones como el CO2 y los fi jos o no volátiles que
son amortizados por los sistemas buffer consumiendo
HCO3.
-
E n los niños, dependiendo del tipo de dieta,
la producción diaria de ácido fi jo es de 1 a 3 mEq/Kg.
Estos ácidos se eliminan por secreción tubular; casi
todos los segmentos tubulares lo hacen, aunque la
secreción más importante se efectúa por las células 􀁟
intercaladas del túbulo colector. El mecanismo para
efectuar esta secreción, se muestra en la Figura 2. En el
interior de la célula se producen H+ y HCO3
- en forma
semejante a lo que ocurre en la célula proximal; el H+
es secretado por la H+ ATP asa y en menor proporción
por la H+ K+ ATP asa; en la luz, el H+ es amortizado por
el amoníaco (NH3) para formar ion amonio (NH4
+) y
por buffers urinarios; el más importante es el fosfato
dibásico (HPO4
2-) para formar fosfato monovalente
(H2PO4
-), otros buffer urinarios con menor participación,
son la creatinina y los uratos; el H+ excretado por
los buffers urinarios recibe el nombre de acidez de
titulación. El bicarbonato sale de la célula por el lado
basolateral por medio del intercambiador HCO3
-
x
Cl- (AE1). Por cada H+ secretado, se forma una nueva
molécula de HCO3
-; la diferencia con la célula proximal
es que el ion H+ no es captado por el bicarbonato
y no se difunde nuevamente a la luz. El amonio es
producido en la célula tubular proximal a partir de la
glutamina; en este proceso se forman bicarbonato y
amonio; este último es secretado en el túbulo proximal
y reabsorbido en la porción ascendente gruesa del
asa de Henle; se difunde al intersticio medular por el
sistema multiplicador de contracorriente y fi nalmente
es secretado por el túbulo colector. El fosfato proviene
del fosfato fi ltrado que no es reabsorbido.
La excreción neta de ácido por el riñón (ENA) se
mide por la fórmula:
Acidosis tubular renal
Figura 1. Acidifi cación en el túbulo proximal.
270 Acta Pediátrica de México Volumen 27, Núm. 5, septiembre-octubre, 2006
ENA = Amonio + acidez titulable – bicarbonato. En
condiciones normales es igual al ácido fi jo producido;
en un adulto la excreción diaria de ácido sería: 40 + 30
– 0 = 70 mEq de H+ y se forma la misma cantidad de
nuevo HCO3
-. En la acidosis metabólica, la excreción
de ácido aumenta sobre todo por el incremento de la
amoniogénesis y la excreción de amonio.
La secreción de iones H+ es infl uida por la reabsorción
de sodio en las células principales del túbulo colector
ya que esta reabsorción produce electro-negatividad
luminar que favorece la secreción del H+. En estados
de defi ciencia o resistencia de aldosterona, disminuye
la secreción de protones y ocasiona acidosis distal.
ETIOLOGIA
La ATR tiene varias causas. Se divide en dos grupos: La
acidosis tubular proximal (ATP) o tipo II y la acidosis
tubular distal (ATD) o tipo I. En la ATP disminuye la
reabsorción proximal de bicarbonato y causa bicarbonaturia
y disminución del bicarbonato sérico. El defecto
puede ser único, que sólo involucra la reabsorción de
bicarbonato o puede ser parte de una disfunción tubular
proximal generalizada, lo que se denomina síndrome
de Fanconi, en el que existe además, glucosuria, hiperaminoaciduria
e hiperfosfaturia; esta última causa
hipofosfatemia y raquitismo.
En la ATD disminuye la secreción de iones H+ y hay
menor regeneración del bicarbonato lo que conduce a
la acidosis metabólica crónica. Existen dos variantes
de la ATD; una se acompaña de pérdidas elevadas de
bicarbonato por la orina; se le llama AT tipo III. La otra
se acompaña de hiperkalemia y se denomina AT tipo
IV. Tanto la ATP como la ATD pueden ser primarias
o idiopáticas y secundarias a distintas enfermedades;
las primarias a su vez pueden ser transitorias o permanentes.
Las causas de cada una de ellas se muestran en
los cuadros 1 y 2. En nuestra experiencia, la mayoría
de las ATR son primarias y hereditarias.
Cuadro 1. Causas de acidosis tubular proximal
I. Aislada
A. Primaria
Genética
Esporádica
B. Secundaria
Inhibidores de anhidrasa carbónica
Sulfas
Tetraciclinas caducadas
Metales pesados
Mieloma múltiple
Síndrome de Silver-Russell
Síndrome de Sjögren
Amiloidosis
Defi ciencia o resistencia a vitamina D
Enfermedad quística medular
Síndrome nefrótico
Cardiopatías congénitas cianógenas
Trombosis de vena renal
II. Asociada con síndrome de Fanconi
A. Primaria
Genética
Esporádica
B. Secundaria
Cistinosis
Galactosemia
Síndrome de Lowe
Tirosinosis
Glucogenosis
Enfermedad de Wilson
Intolerancia hereditaria a la fructuosa
Citopatías mitocondriales
Enfermedad de Leigh
Intoxicación con metales pesados
Aminoglucósidos
Tetraciclinas caducadas
Tolueno
Ácido valproico
Antineoplásicos
Mieloma múltiple
Síndrome nefrótico
Nefritis intersticial aguda
Trasplante renal
EPIDEMIOLOGIA
La ATR es un síndrome relativamente frecuente. No
se conoce su frecuencia en México. En el Instituto
García de la Puente S
Figura 2. Acidifi cación en el túbulo colector.
Acta Pediátrica de México Volumen 27, Núm. 5, septiembre-octubre, 2006 271
Cuadro 2. Causas de acidosis tubular distal
A. Primaria
Genética
Esporádica
B. Secundaria
Osteopetrosis
Defi ciencia de anhidrasa carbónica II
Síndrome de Ehlers-Danlos
Enfermedad de Wilson
Eliptocitosis hereditaria
Enfermedad de células falciformes
Síndrome de Marfán
Nefronoptisis
Enfermedad de Fabry
Hiperoxaluria primaria
Hipergamaglobulinemia
Síndrome de Sjögren
Lupus eritematoso
Amiloidosis
Hepatitis crónica activa
Cirrosis hepática
Tiroiditis
Nefrocalcinosis
Trasplante renal
Riñón en esponja
Pielonefritis crónica
Hipertiroidismo
Desnutrición
Anfotericina B
Litio
Tolueno
Analgésicos
Vanadato
Amiloride
C. Acidosis tubular distal hiperkalémica
Hipoaldosteronismo primario o secundario
Insufi ciencia suprarrenal
Seudohipoaldosteronismo
Espirinolactona
Triamterene
Heparina
Trimetoprim
Anti-infl amatorios no esteroideos
Bloqueadores beta adrenérgicos
Inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina
Ciclosporina
Uropatía obstructiva
Nefropatías túbulo intersticiales
D. Acidosis tubular distal con pérdida excesiva de bicarbonato
Nacional de Pediatría es de 35 casos por cada 10,000
expedientes. La mayoría son idiopáticos.
FISIOPATOLOGÍA
En la ATP la capacidad máxima de reabsorción de
bicarbonato (Tm de HCO3) está disminuida; ocasiona
bicarbonaturia y descenso del bicarbonato sérico a un
nivel en que la cantidad de bicarbonato fi ltrada es igual
al Tm, es decir, el umbral plasmático de bicarbonato
está reducido y la severidad de la acidosis se relaciona
con este umbral. Cuando el bicarbonato sérico se
encuentra en el umbral (por ejemplo 17 mEq/L), no
existe bicarbonaturia y el pH de la orina es ácido (5,5);
sin embargo, si se administra bicarbonato para llevarlo
a cifras séricas normales, se produce bicarbonaturia y
el pH de la orina se torna alcalino. Si se suspende la
infusión de bicarbonato, éste bajará paulatinamente
hasta llegar al umbral de bicarbonato. Debido a esto,
el tratamiento de la ATP requiere administrar grandes
cantidades de álcali, distribuidos en las 24 h.
El potasio sérico generalmente es normal, pero
cuando se trata a estos pacientes, la bicarbonaturia
eleva la excreción de potasio, lo que hace necesario dar
suplementos de potasio, usualmente como mezclas de
bicarbonato de sodio y potasio. La enfermedad ósea
(raquitismo), que acompaña a la acidosis crónica, es
discreta, probablemente porque la excreción neta de
ácido es normal. En cambio, cuando la ATP es parte del
síndrome de Fanconi, el raquitismo es severo debido
a la hiperfosfaturia y la hipofosfatemia.
Existen varios mecanismos responsables del trastorno
de la reabsorción de bicarbonato en la ATP, ya
sea cuando se acompaña de síndrome de Fanconi o si
el defecto es único. En este caso se han descrito mutaciones
en el gen que codifi ca para el intercambiador
Na+ x H + y en el cotrasportador Na+ x HCO3
-.
En la ATD disminuyen la excreción de amonio y la
acidez de titulación, hay moderada bicarbonaturia; el
pH urinario es mayor de 6 aún en acidosis. En la ATD
clásica, aumentan las pérdidas urinarias de sodio y de
potasio. La reabsorción de sodio se reduce y origina
contracción de volumen, aumento en la secreción de
renina y aldosterona; esto a su vez aumenta la excreción
de potasio y causa hipokalemia. En cambio, en la
ATD hiperkalémica, la excreción de potasio disminuye
y produce hiperkalemia.
Debido a la disminución en la excreción de ácido,
los hidrogeniones son amortizados en el hueso
y producen descalcifi cación ósea, hipercalciuria e
hiperfosfaturia. Además existe hipocitraturia lo que
aunado a la hipercalciuria favorece la nefrocalcinosis
y la nefrolitiasis.
Acidosis tubular renal
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Los mecanismos que pueden producir la ATD son
los siguientes:
Defecto secretorio. En este caso, las bombas secretoras
de protones, la H+ ATP asa y la H+-K+ ATP
asa están disminuidas o ausentes. Se han encontrado
mutaciones en el gen que codifi ca para la H+ ATP asa
y en el que codifi ca para el intercambiador HCO3
-
x
Cl-. Otros defectos son la defi ciencia de anhidrasa
carbónica tipo II (citosólica).
Defecto de voltaje. La secreción de H+ es favorecida
por un potencial eléctrico negativo en la luz tubular,
a causa de la reabsorción cortical de sodio. Cualquier
circunstancia que disminuya la reabsorción de sodio
a este nivel, disminuirá la secreción de protones.
Defectos de permeabilidad. En este caso, una parte
del H+ secretado regresa a la célula y causa disminución
en la eliminación del ácido.
Existe un tipo de ATD en la que en condiciones
estables se mantiene el equilibrio ácido base; sin embargo,
cuando se requiere aumentar la excreción de
ácido por algún evento intercurrente, se manifi esta
el defecto en la acidifi cación distal. A ésta se le ha
llamado ATD incompleta; probablemente se debe a
defi ciencias parciales secretoras o de voltaje. Se ha
sugerido que este tipo de acidosis, también podría
producir nefrocalcinosis.
La ATD hiperkalémica puede deberse a defi ciencia
de aldosterona o resistencia a la aldosterona. En
estos casos el defecto de acidifi cación se debe a una
combinación de defecto secretorio, ya que la aldosterona
estimula la H+ ATPasa y a un defecto de voltaje
debido a la disminución en la reabsorción de sodio.
Otras causas de ATD hiperkalémica como la producida
por amiloride, por una nefropatía obstructiva o por
una nefritis intersticial se atribuyen principalmente a
defectos de voltaje.
CUADRO CLINICO
El signo predominante es la detención del crecimiento
manifestado por disminución en la ganancia de peso
y talla; otros síntomas son vómito, muchas veces asociado
a refl ujo gastroesofágico, anorexia, constipación,
poliuria, polidipsia, propensión a la deshidratación
con cuadros gastrointestinales intercurrentes. Los lactantes
tienen retraso en el desarrollo y en la dentición;
algunos pueden presentar fi ebre sin causa aparente,
que se corrige con la ingestión de agua. Otros datos
clínicos dependen de las anormalidades bioquímicas
asociadas; en caso de acompañarse de hipokalemia,
hay hipotonía muscular progresiva. El raquitismo es
una manifestación temprana en la ATR del síndrome
de Fanconi y tardía en la ATD; la nefrocalcinosis o la
nefrolitiasis ocurren en la ATD y rara vez en la ATP.
Otras manifestaciones clínicas dependen de la
enfermedad responsable en caso de que la ATR sea secundaria;
puede haber signos de insufi ciencia renal si
se debe a nefrocalcinosis o a la enfermedad original. La
historia clínica debe incluir los antecedentes familiares
pues muchas causas primarias o secundarias son hereditarias.
Si la ATR es primaria, puede haber familiares
con talla baja y otros con talla normal. Algunas causas
hereditarias se deben a síndromes genéticos como el
de Silver Russell. En la historia se debe investigar si
la ATR es debida a medicamentos como inhibidores
de la anhidrasa carbónica, aminoglucósidos, anfotericina
B, litio, diuréticos ahorradores de potasio,
anti-infl amatorios no esteroideos, bloqueadores beta
adrenérgicos, inhibidores de la enzima convertidora
de angiotensina y ciclosporina.
La exploración física puede sugerir una alteración
genética o una malformación renal si existen alteraciones
de los pabellones auriculares, de la columna
lumbosacra, de los genitales o masas renales; o bien,
hemihipotrofi a facio corporal, cara triangular, clinodactilia
de quintos dedos y otras dismorfi as.
DATOS DE LABORATORIO Y GABINETE
Gasometría: Es el examen más importante para confi rmar
el diagnóstico. Hay acidosis metabólica, pues la
causa primaria del trastorno ácido base es el descenso
del bicarbonato; la presión parcial de bióxido de carbono
(PCO2) se encuentra reducida como compensación
respiratoria; el pH es bajo o normal, lo que depende
de la severidad de la acidosis.
Al interpretar una gasometría en los niños, debe
tomarse en cuenta que el llanto causa hiperventilación,
lo que agrega al trastorno metabólico primario,
alcalosis respiratoria aguda, o sea, que el pH puede ser
normal o ligeramente elevado y la PCO2 más reducida
de la compensación esperada en relación al descenso
García de la Puente S
Acta Pediátrica de México Volumen 27, Núm. 5, septiembre-octubre, 2006 273
del HCO3. Otro aspecto importante es que para evaluar
el equilibrio ácido base, no se requiere sangre arterial o
arterializada; la sangre venosa obtenida sin torniquete
o liberándolo durante la extracción de sangre es útil ya
que el pH es 0.02 U más bajo, la PCO2 4 mm de Hg más
alta y el HCO3 1 mEq más alto. Desafortunadamente,
la gasometría no se realiza o no es confi able en la
mayoría de los laboratorios clínicos y sólo en algunos
hospitales se hace en forma sistemática.
CO2, Na, K y Cl en suero. La mayoría de los laboratorios
clínicos que cuentan con autoanalizador, miden el
contenido total de CO2 (TCO2) y lo informan como tal
o como HCO3; para fi nes prácticos, esta determinación
es equivalente, ya que el TCO2 es igual al HCO3 más
la suma del H2CO3 con el CO2 disuelto en la sangre,
que equivale a 0.03 de la PCO2, es decir, aproximadamente
1 mEq más que la concentración de HCO3; o
sea, si no se cuenta con gasometría, la determinación
del CO2 evalúa el bicarbonato plasmático que es el
que más se altera en la acidosis metabólica. La única
excepción es la alcalosis respiratoria crónica en la que
el HCO3 se encuentra disminuido como compensación
al descenso de la PCO2. El Na, suele ser normal,
pero puede ser bajo en la AT hiperkalémica asociada
a hipoaldosteronismo o a insufi ciencia suprarrenal.
La cifra de K, varía; usualmente es normal en la ATP
sin tratamiento, bajo en la ATD clásica y alto en las
AT hiperkalémicas. Al evaluar el K plasmático debe
tomarse en cuenta que en acidosis, se eleva debido a
que difunde al espacio intracelular en intercambio con
hidrógeno. El Cl se encuentra alto, lo que caracteriza
a las AT hiperclorémicas.
Brecha aniónica (Anion gap). Representa los aniones
no medibles. Se obtiene por la fórmula: Anion gap =
Na – (Cl + HCO3). Normalmente es de 12 ± 2 mEq. En
la ATR es normal lo que permite diferenciarla de las
acidosis por acúmulo de diferentes ácidos orgánicos
en los que aumentan sus aniones acompañantes como
en la acidosis láctica, diabética o urémica.
Examen general de orina. Debe realizarse con la primera
o segunda orina matutina sin que el niño haya
ingerido líquidos por 8 h en lactantes y 10 a 12 hs en
niños mayores. En estas condiciones, el pH normal
es ácido (5.5) y la densidad urinaria, mayor de 1.020.
Con algunas excepciones, el pH urinario permite diferenciar
el tipo de acidosis. En la ATP, si el bicarbonato
sérico está en el umbral o por abajo del mismo, el pH
urinario es de 5.5; cuando se da tratamiento con bicarbonato,
el pH aumenta en proporción al bicarbonato
sérico debido a la bicarbonaturia; es decir, en acidosis
el pH urinario es ácido y cuando el bicarbonato alcanza
cifras normales, el pH es alcalino (mayor de 7).
En la ATD, el pH urinario es mayor de 6 y usualmente
mayor de 7 independientemente del nivel
de bicarbonato sérico debido a la disminución en la
excreción de ácido. En la ATD hiperkalémica, el pH
urinario generalmente es menor de 5.5 en acidosis y
mayor de 6 con HCO3 normal. La densidad urinaria
puede ser baja si la ATR es secundaria a nefritis intersticial,
a nefropatía obstructiva, a algunas causas
del síndrome de Fanconi o cuando existe nefrocalcinosis.
El sedimento urinario puede mostrar cristales
de oxalato o fosfato de calcio debido a hipercalciuria.
En caso de leucocituria o eritrocituria, podría sugerir
la enfermedad causal en unión con el cuadro clínico
y de laboratorio.
Calcio (Ca), fósforo (P), fosfatasa alcalina. Generalmente
son normales, salvo en el síndrome de Fanconi en
el que el fósforo está disminuido, el calcio es normal
o ligeramente bajo y la fosfatasa alcalina elevada.
Cuando disminuye mucho la fi ltración glomerular,
puede haber hipocalcemia e hiperfosfatemia.
Creatinina, urea, ácido úrico. Su determinación permite
valorar la función renal. La creatinina es la más
útil, ya que la cifra sérica es constante dependiendo
de la edad y desarrollo muscular; la creatinina sérica
permite calcular la fi ltración glomerular (FG) de acuerdo
a la siguiente fórmula:
FG =
K x talla (cm)
Creatinina plasmática
K es una constante de 0.45 para niños menores
de un año, 0.55 para niños de 1 a 13 años, 0.57 para
adolescentes y adultos de sexo femenino y 0.7 para
los de sexo masculino. El resultado se expresa en
mL/min/1.73m2 SC.
La urea se eleva cuando disminuye la FG depleción
de volumen o hipercatabolismo.
El ácido úrico suele estar reducido en la ATP. Puede
estar elevado si disminuye la FG.
Acidosis tubular renal
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Depuración de creatinina. Es la forma de medir la FG
más utilizada; sin embargo, clínicamente su exactitud
depende de que la orina se colecte adecuadamente y
que se anote el tiempo de colección en forma precisa.
Para calcularla se utiliza la siguiente fórmula:
U x V 1.73
Depuración de creatinina = X
P SC
U = concentración de creatinina en orina
V = volumen urinario/ tiempo en minutos
P = creatinina plasmática
SC = superfi cie corporal real en m2
El valor normal en niños mayores de 1 año es de
120 ± 15 mL/min/1,73m2 SC y equivale a la fi ltración
glomerular. Debido a los errores en la colección de
orina, la forma habitual de calcularlo es con la creatinina
sérica.
Determinaciones urinarias de HCO3, Na, K, Cl, Ca, P,
creatinina. Pueden efectuarse todas las determinaciones
en la primera orina matutina colectada durante
un tiempo corto (aproximadamente dos h) o colectarse
la orina de 24 h. En este caso, la determinación de
HCO3 no es válida a menos que se obtenga la orina
en condiciones anaeróbicas. En cualquier caso se
efectúan determinaciones séricas simultáneas de estas
substancias.
HCO3. En condiciones normales, con bicarbonato
plasmático normal o disminuido, prácticamente todo
es reabsorbido y no aparece en la orina o se excreta
una pequeña cantidad. Un índice para valorar su
excreción, mide la fracción excretada de bicarbonato
(FeHCO3) y la relaciona con la fi ltración glomerular.
Se usa la siguiente fórmula:
U/P de HCO3
FeHCO3 = X 100
U/P de creatinina
U = Concentración urinaria
P = Concentración plasmática
Normalmente es menor de 2%. En la ATP con bicarbonato
plasmático inferior al umbral también es menor
a 2%, pero cuando es más alto se eleva a más de 15%
con bicarbonato plasmático normal o alto. En la ATD
clásica es de 3 a 5% y en la tipo III, entre 5 y 10%.
Na, K, Cl. Se usan como método indirecto para
medir la excreción de amonio, ya que éste no se determina
en orina en la mayoría de los laboratorios
clínicos. Dado que el amonio es un catión, se excreta
acompañado de un anión, principalmente, Cl-; éste
refl eja indirectamente la excreción de amonio. El índice
utilizado es el llamado anion gap urinario que se
obtiene por la siguiente fórmula:
Brecha urinaria (Anión gap) = (Na + K) – Cl
Si el resultado es una cifra negativa, es decir, el Cl
mayor que la suma de Na y K, indica una excreción
sufi ciente de amonio; por el contrario si el valor es
positivo en presencia de acidosis metabólica, indica
menor excreción y por consiguiente, la causa de la
acidosis. Su disminución puede deberse a uno de dos
factores: defectos en su producción o defectos en su
transferencia a la orina fi nal. La producción de amonio
disminuye cuando se reduce la FG (insufi ciencia renal)
o por inhibición de la amoniogénesis inducida por
hiperkalemia. La transferencia de amonio puede alterarse
por tres factores: a) Disminución de la absorción
de amonio en el asa de Henle debido a hiperkalemia o
defi ciencia de aldosterona; b) alteración en el sistema
multiplicador de contracorriente como en las nefritis
intersticiales; c) disminución de la secreción de hidrogeniones
por alteraciones en las bombas secretoras de
hidrógeno, por defectos de voltaje o por alteraciones
de permeabilidad.
La excreción urinaria de Na y de K está regulada
por distintos factores. En general, en la ATD clásica y
en la que se acompaña de pérdida de bicarbonato, el
Na y el K urinarios se encuentran elevados; en cambio
cuando existe AT hiperkalémica, la excreción de K
está disminuida. La excreción de Na está aumentada
en casos de AT hiperkalémica debida a insufi ciencia
suprarrenal, a hipoaldosteronismo o a seudohipoaldosteronismo.
Ca, P. El calcio permite saber si existe hipercalciuria
que es frecuente en la ATD y es causa de nefrocalcinosis.
Se puede obtener la excreción de 24 h que
normalmente es de 1 a 4 mg/kg; los lactantes pueden
excretar hasta 5 mg/kg. Se requiere colectar orina, lo
cual tiene difi cultades, por lo cual se utiliza un índice:
relación Ca/creatinina que se obtiene dividiendo la
García de la Puente S
Acta Pediátrica de México Volumen 27, Núm. 5, septiembre-octubre, 2006 275
concentración urinaria de Ca en mg, sobre la concentración
urinaria de creatinina en mg. El límite
superior normal en adultos y escolares es de 0.2; en
preescolares, 0.3 y en lactantes puede ser hasta de 0.6.
La calciuria es una guía para valorar la efi cacia del
tratamiento, ya que desaparece al corregir la acidosis.
El fósforo urinario se determina para valorar si no está
elevada su excreción como en el síndrome de Fanconi.
El índice más utilizado es el porciento de reabsorción
tubular de fosfato, con la siguiente fórmula:
U/P de fósforo
% reabsorción tubular de fosfato = 1 – x 100
U/P de creatinina
Normalmente es mayor de 85%; en caso contrario,
indica hiperfosfaturia.
Ultrasonido renal. Se efectúa para descartar acidosis
secundaria a uropatía o malformación renal. Si muestra
alteración se complementa con cistouretrografía
miccional y urografía excretora. También es útil para
detectar nefrocalcinosis al inicio y durante el seguimiento.
Radiografía de huesos largos y edad ósea. Se efectúan
si se sospecha desmineralización ósea y para valorar
el crecimiento.
PRUEBAS ESPECIALES
No se realizan rutinariamente ya que son laboriosas y
requieren una metodología especial, a menos que sea
necesario caracterizar mejor el problema de acidifi cación
o con fi nes académicos. Estas son:
Titulación de bicarbonato. Se efectúa en pacientes con
acidosis espontánea o si no es muy severa, inducida
por cloruro de amonio. La prueba consiste en administrar
bicarbonato de sodio para elevar el bicarbonato
plasmático en unas seis h, hasta 2 mEq/L arriba de
lo normal; se colecta orina cada hora para cuantifi car
el pH, bicarbonato y creatinina; se toma sangre cada
hora a la mitad del período de colección para medir
gasometría y creatinina. Con estos datos se calculan
el Tm, la fracción excretada y el umbral plasmático de
bicarbonato. Éste se defi ne como la cifra plasmática
en la cual se excretan 0.02 mEq de bicarbonato por
100 mL de fi ltrado glomerular o el pH de la orina es
superior a 6.8. En los lactantes, el umbral plasmático
de bicarbonato es de 21.5 a 22.5 mEq/L y aumenta
paulatinamente hasta 24 a 26 en el adolescente. En la
ATP se encuentra disminuido al igual que el Tm.
Niveles de amonio, acidez titulable, bicarbonato, creatinina
y pH urinario. Se miden simultáneamente con la
prueba anterior o se pueden efectuar en una muestra
de orina, midiendo el tiempo, si el paciente tiene acidosis
espontánea; se determinan además gasometría
y creatinina sérica. La excreción de amonio, la acidez
titulable y la excreción neta de ácido son bajas en la
ATD y normales o ligeramente disminuidas en la ATP.
Si el pH urinario, es mayor de 5.5 en presencia de
acidosis metabólica, es altamente sugestivo de ATD
por defecto secretorio, de voltaje o de permeabilidad.
En la mayoría de los casos de ATP, AT tipo IV y ATD
incompleta, el pH urinario desciende por debajo de
5.5 pero en los dos últimos casos y a veces en la ATP,
la excreción neta de ácido se encuentra disminuida
como ocurre en la ATD. La prueba tiene su principal
utilidad para diagnóstico de ATD incompleta.
Los valores encontrados por Edelmann en niños
normales son como se muestra en el cuadro 3.
Cuadro 3.
Edad Amonio Acidez titulable pH urinario
(mcEq/min/1.73 m2)
Lactantes (1 a 6 meses)
Periodo control 32 ± 6.6 53 ± 9.8 5.32 ± 0.17
En acidosis por cloruro
de amonio
57 ± 8.6 62 ± 9.8 4.9 ± 0.07
Niños (7 a 12 años)
Periodo control 25 ± 6.4 15 ± 4.8 6.25 ± 0.37
En acidosis por cloruro
de amonio
80 ± 7.4 50 ± 6.2 4.87 ± 0.11
Determinación de la PCO2 urinaria en orina alcalina.
Cuando la orina tiene un pH mayor de 7.8, los hidrogeniones
secretados distalmente, se unen al HCO3 para
formar H2CO3 el cual es muy lentamente deshidratado
a CO2 debido a que en el túbulo distal no hay anhidrasa
carbónica luminal, lo que aumenta la PCO2 en la orina.
La prueba se puede realizar simultáneamente con la
titulación de bicarbonato o en forma aislada infundiendo
bicarbonato de sodio hasta alcanzar el pH urinario
deseado, momento en el que se mide la PCO2 urinaria
y plasmática por lo menos en dos determinaciones. En
condiciones normales la PCO2 urinaria es 20 mm de
Hg, superior a la PCO2 plasmática. Este gradiente se
Acidosis tubular renal
276 Acta Pediátrica de México Volumen 27, Núm. 5, septiembre-octubre, 2006
denomina U-B PCO2; cuando es bajo, indica un defecto
secretorio o de voltaje; es normal en los defectos de
permeabilidad. Es útil principalmente para la ATD
incompleta en la que se encuentra baja.
Citratos en orina. Se determinan en la orina de 24 h
más determinación de creatinina. Los valores normales
son los siguientes:
Masculino: Más de 128 mg de citrato/ g de creatinina.
Femenino: Más de 300 mg de citrato/ g de creatinina.
En pacientes con ATD, con excepción de la mayoría
de las formas hiperkalémicas, existe hipocitraturia,
que favorece la nefrocalcinosis y nefrolitiasis.
GUÍA PRÁCTICA PARA EL DIAGNÓSTICO DE ATR
En los niños con detención del crecimiento, se debe
descartar una causa renal, como infección urinaria,
glomerulopatía, insufi ciencia renal o una tubulopatía;
entre estas destaca por su frecuencia la ATR. En este
caso, puede haber los síntomas mencionados previamente
o únicamente la falta de aumento de peso. No
es obligado realizar todos los exámenes de laboratorio
listados previamente en primera instancia. Recomendamos
realizar los siguientes estudios: Determinación
en suero de creatinina, urea, ácido úrico; gasometría
venosa, Na, K, Cl, CO2, Ca, P; de examen general de
orina en una muestra matutina sin ingestión de líquidos
por 8 a 12 h, para medir creatinina, Na, K, Cl y
HCO3, Ca y P. Con estos estudios se pueden sospechar
o diagnosticar las nefropatías señaladas y se valoran
casi completamente las ATR.
El diagnóstico de ATR se apoya primero en la
presencia de acidosis metabólica hiperclorémica con
brecha-anión (anion gap) normal. En segundo lugar,
se valora la FG por la creatinina sérica para saber si
hay insufi ciencia renal, glucosuria, hipofosfatemia e
hiperfosfaturia, que sugiera el diagnóstico de síndrome
de Fanconi. Por último, se miden el pH urinario,
el K plasmático y urinario, se calcula la fracción excretada
de bicarbonato y la brecha-anion urinario como
método indirecto para la medición de amonio. Con
estos datos, se puede caracterizar con bastante precisión,
el tipo de ATR de que se trate como se muestra
en el cuadro 4.
Cuadro 4. Diagnóstico diferencial de acidosis tubular
ATP ATD ATD c o n
pérdida de
bicarbonato
ATD hiperkalémica
Con bicarbonato plasmatico bajo
K plasmático Nl o 􀃈 􀃈 Nl o 􀃈 􀃇
K urinario Nl o 􀃇 􀃇 􀃇 􀃈
pH urinario < 5.5 > 6 > 6 < 5.5
Anion gap urinario Negativo Positivo Positivo Positivo
Fe de HCO3 < 2 % < 5 % < 10% < 5 %
Ca urinario Nl 􀃇 􀃇 Nl o 􀃇
Amonio urinario Nl o 􀃈 􀃈 􀃈 􀃈
Acidez titulable Nl 􀃈 􀃈 􀃈
Con bicarbonato plasmático normal
K plasmático Nl o 􀃈 Nl o 􀃈 Nl o 􀃈 Nl o 􀃇
K urinario 􀃇 􀃇 􀃇
pH urinario > 6 > 6 > 6 > 6
Anion gap urinario Positivo Positivo Positivo Positivo
Fe de HCO3 > 15 % 3 a 5 % 5 a 10 % 3 a 5 %
Ca urinario Nl Nl o 􀃇 Nl o 􀃇 Nl
Amonio urinario Nl 􀃈 􀃈 􀃈
Acidez titulable Nl 􀃈 􀃈 􀃈
Una vez diagnosticado el síndrome de ATR,
se valora si es primario o secundario a las causas
listadas en los cuadros 1 y 2. Esto último es muy
importante porque la mayoría requiere tratamiento
específi co. Posteriormente se pueden pedir estudios
de laboratorio y gabinete necesarios para completar el
diagnóstico. Se puede iniciar el tratamiento y diferir
los estudios como ultrasonido renal y gasometría (o
exclusivamente HCO3 o CO2), Cl, K, Na, y EGO para
valorar la respuesta a la terapéutica. El paciente debe
referirse al nefrólogo pediatra cuando el médico
tratante considere que la opinión del especialista es
importante, para confi rmar el diagnóstico, cuando
la evolución no es adecuada, cuando la ATR no es
primaria o cuando disminuye la FG.
TRATAMIENTO
El tratamiento es de dos tipos: El de la causa del
síndrome de ATR y el sindromático, para corregir las
alteraciones metabólicas.
El objetivo inmediato del tratamiento es corregir
la acidosis metabólica y encontrar la dosis adecuada
de mantenimiento del alcalinizante. Los objetivos
mediatos son el aumento de peso y talla del paciente
García de la Puente S
Acta Pediátrica de México Volumen 27, Núm. 5, septiembre-octubre, 2006 277
de acuerdo a su edad y evitar las complicaciones de
la acidosis crónica.
Los alcalinizantes más usados son el bicarbonato
de sodio, mezclas de bicarbonato de sodio y de potasio
y soluciones de citratos. La dosis habitual que
se requiere es de 3 a 5 mEq/Kg/día en la ATD y l0
a 15 mEq/Kg/día en la ATP repartidas en 4 dosis.
Como regla general, se comienza con una dosis baja,
ajustándola cada 3 a 4 días hasta corregir la acidosis
metabólica. Posteriormente se vigila a los pacientes
periódicamente y se registran: el crecimiento, los
electrólitos, la creatinina y el estado ácido-base; se
reduce o se aumenta la dosis del álcali de acuerdo a
la evolución.
El problema principal en niños pequeños es que acepten
el alcalinizante. Los padres deben buscar la forma
para lograrlo; mezclándolo con agua, jugo, leche o solo y
decidir cual alcalinizante tolera mejor. Los niños mayores
pueden deglutir cápsulas con bicarbonato o citrato de
sodio o de potasio en proporciones adecuadas.
Durante el tratamiento de la ATP, la bicarbonaturia
produce pérdidas de sodio y potasio; para evitar
éste último se administra bicarbonato de potasio,
por ejemplo 2/3 de bicarbonato de sodio y 1/3 de
bicarbonato de potasio. El tratamiento dura mientras
el bicarbonato plasmático se encuentre bajo o normal;
cuando el bicarbonato se eleve, a más de 23.5
mEq/L en los lactantes y preescolares, se reduce la
dosis progresivamente hasta suspenderlo sin que el
bicarbonato descienda a menos de 22 mEq/L o que
no haya alcalosis respiratoria crónica.
Los mEq que contienen los principales alcalinizantes
utilizados son:
-Bicarbonato de sodio: 1 mEq = 84 mg; un gramo
equivale a aproximadamente 12 mEq.
-Bicarbonato de potasio: 1 mEq = 100 mg; un gramo
equivale a 10 mEq.
-Soluciones de bicarbonatos:
Bicarbonato de sodio: 42 g
Bicarbonato de potasio: 50 g
Agua destilada 1000 mL
Jarabe de grosella u otro jarabe para mejorar el
sabor (opcional).
Cada mL contiene 0.5 mEq de bicarbonato de sodio,
0.5 mEq de bicarbonato de potasio y 1 mEq de
bicarbonato.
Bicarbonato de sodio 56 g
Bicarbonato de potasio 33 g
Agua destilada 1000 mL
Jarabe de grosella u otro jarabe para mejorar el
sabor (opcional).
Cada mL contiene 0.66 mEq de bicarbonato de
sodio y 0.33 mEq de bicarbonato de potasio y 1 mEq
de bicarbonato.
-Solución de citratos:
(Solución de Shohl’s)
Acido cítrico 140 g
Citrato de sodio 90 g
Agua destilada 1000 mL
Cada mL contiene 1 mEq de base (el citrato se convierte
a bicarbonato)
-Bicitra (Solución comercial) 5 mL contienen:
Acido cítrico 300 mg
Citrato de sodio 500 mg
Cada mL contiene 1 mEq de base
-Polycitra (Solución comercial) 5 mL contienen:
Acido cítrico: 334 mg
Citrato de sodio 500 mg
Citrato de potasio 550 mg
Cada mL contiene 2 mEq de base
En el síndrome de Fanconi, se deben corregir la
acidosis, la hipofosfatemia y la enfermedad ósea, lo
que se logra con soluciones de fosfatos (0.5 a 3 g por
día) y vitamina D, usualmente como la forma activa,
es decir, calcitriol, 0.25 μg diarios o cada tercer día.
Una complicación seria con la terapéutica, es hipercalcemia,
hipercalciuria y nefrocalcinosis, lo que
requiere vigilancia periódica y reducir o suspender
la vitamina D.
En la acidosis hiperkalémica secundaria a nefropatías
tubulointersticiales con disminución de la FG, se
restringe el K en la dieta y se administran pequeñas
dosis de mineralocorticoide con lo que suelen corrigerse
la hiperkalemia y la acidosis; sin embargo, el
mineralocorticoide está contraindicado en caso de
hipertensión arterial o edema porque propician la
retención de sodio. La furosemida también corrige los
trastornos y en caso necesario se pueden dar pequeñas
dosis de alcalinizante sin potasio.
En la ATD hiperkalémica sea secundaria a defi ciencia
de aldosterona sola o combinada con defi ciencia de
Acidosis tubular renal
278 Acta Pediátrica de México Volumen 27, Núm. 5, septiembre-octubre, 2006
glucocorticoides, es necesario el reemplazo hormonal.
En caso de seudohipoaldosteronismo, se deben dar
suplementos de sodio, como cloruro o como bicarbonato.
COMPLICACIONES
Se deben principalmente al retraso en el diagnóstico
y tratamiento apropiados, tanto el sindromático,
como de la enfermedad causante de la ATR. Las más
importantes son retraso del crecimiento y desarrollo,
desmineralización ósea, nefrocalcinosis, hipotonía
o parálisis muscular y progresión a IRC como consecuencia
de la nefrocalcinosis o de la enfermedad
original que no haya sido tratada.
PREVENCION
Va dirigida a evitar las complicaciones, lo que se logra
con el diagnóstico y tratamiento tempranos. En la ATR
de origen genético, se debe investigar a hermanos o
familiares y ofrecer consejo genético de acuerdo al
tipo de herencia. Si se diagnostica alguna de las enfermedades
que potencialmente pueden producir ATR,
los estudios de laboratorio pertinentes descartarán
o ratifi carán el diagnóstico y se podría prescribir el
tratamiento adecuado.
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